El 24 de marzo recordamos al Monseñor Romero, y a varios Santos y Beatos con trayectorias muy apasionantes.

Hoy les presento:

  • la película de Monseñor Romero, donde se ve cómo reaccionaba cuando asesinaban a sus sacerdotes;
  • a la santa que se invoca contra inundaciones, nacimientos prematuros y abortos;
  • al sacerdote que agradeció a Dios por dejarlo ciego, y así no poder ver a un emperador idolatra;
  • al obispo enviado para evitar que Italia caiga bajo la jurisdicción de Constantinopla;
  • a "Juan del Báculo" que se una a una comunidad de ermitaños para dedicarse por entero a Dios;
  • a la "Peregrina de Dios" que pedía no poner obstáculos a la llama de Dios hasta en los hogares;
  • a las "Pastorcitas" dedicadas a rehabilitar a las prostitutas, y a las personas con enfermedades venéreas;

Comencemos...



El 24 de marzo fue asesinado mientras ofrecía una misa, el ahora San Arnulfo Romero

Este documental nos da una perspectiva muy amplia sobre como y porque los militares llegaron a planificar y ejecutar el asesinato del Monseñor Romero mientras daba misa en una capilla pequeña, y de docenas de personas durante su entierro, que desato la guerra civil por 12 años.



Santa Catalina de Suecia. Nació noble en 1331. De educación religiosa, se casó muy joven con otro noble, y ambos hicieron votos de castidad. En 1350 quedó viuda. Su madre fue fundadora de comunidades religiosas. Catalina la asiste hasta su muerte en 1373. En 1375 vuelve a un monasterio en Roma donde permanece 5 años defendiendo con Catalina de Siena el regreso del Papa. Murió en 1381 como Abadesa. Se la invoca contra las inundaciones, y contra los nacimientos prematuros y abortos.



San Pigmeno. Mártir. Después de enseñar el catolicismo como religión verdadera al emperador Juliano el apostata, fue desterrado por dar sepultura a los mártires. En Persia quedó ciego, y por orden del cielo volvió a Roma. Al encontrarse nuevamente con Juliano, Juliano dio gracias a los dioses por la felicidad de ver a Pigmeno, y Pigmeno agradeció a Dios por no poder ver a un emperador idolatra. Juliano hizo arrojar a Pigmeno al río Tiber.



San Agapito de Sinada, Turquía. Obispo. Nació en Roma. Una de las armas de su apostolado fue la correspondencia. Belisario, General de Justiniano, había entrado en Italia para luchar contra los Godos, para someter la península bajo la jurisdicción de Constantinopla. El Rey Godo le pidió al Papa que intercediera para evitarlo. Agapito fue enviado, pero no lo logró. Agapito excomulgó al Patriarca Antimo, y en su lugar consagró Obispo a Menas, con la aprobación de Justiniano. De regreso a Roma, murió de forma repentina. Esto sucedió en el siglo 3.



Beato Juan del Báculo. Nació a principios del siglo 13. Sus padres lo enviaron a Bolonia para que hiciera estudios literarios, pero una enfermedad en una de sus piernas lo hizo regresar. Se vio forzado a usar un bastón, por lo que lo conocían como "Juan del Báculo". Como por el 1230, Juan decide imitar la vida de un místico con fama de santidad, uniéndose a un grupo austero y pobre, para reducir al mínimo sus necesidades y poder dedicarse por entero a las cosas de Dios. La pequeña comunidad de ermitaños tomó el nombre de Orden de San Benito de Montesano, reconocida en 1248 por Inocencio IV. A sus 90 años, se agudizó su enfermedad, y murió el 24 de marzo de 1290.



San Diego José de Cadiz. Nació en 1743. A los 15 años ingresó en los Capuchinos. Desde su 2do año de Teología, se volvió más metódico y espiritual, y manifestaba una constante alegría. Fue ordenado en 1766. Desde 1771 recorrió casi toda España predicando misiones populares. Divulgó la devoción a la Virgen, la invocación a la Divina Aurora, y promovió los ejercicios espirituales. Se le reconoce como la figura más representativa de la oratoria religiosa en España, después de San Vicente Ferrer y San Juan de Ávila. Murió en 1801.



Beata Maria Serafina del Sagrado Corazon de Jesus. Nació en Italia. En 1867 la Santísima Virgen le indicó la voluntad divina de crear una Congregación religiosa para rendir culto a la Santísima Trinidad, a la Virgen Maria, y a los Ángeles. Buscando apoyo, recorrió diversas poblaciones italianas y alemanas. En 1891 logró la formación del instituto "Hermanas de los Ángeles" con el carisma: como los ángeles, la adoración perpetua a la trinidad. Fue investida como Superiora. Por difundir personalmente su obra, llevando su mensaje a numerosas poblaciones, se la conoció como "La Peregrina de Dios" y exhortaba a los fieles a no poner obstáculos a la llamada de Dios, tanto en la vida familiar como sacerdotal. En 1895 tuvo una cirugía que le produjo recaídas hasta morir.



Beata María Karlowska. Nació de una noble familia en Polonia. En 1882 hizo votos de castidad. Al percatarse de las condiciones y discriminación de las prostitutas, decidió crear hogares donde pudieran vivir en mejores condiciones, y que puedan aprender un oficio que les permitiera mantenerse y alejarse de la prostitución, favoreciendo su conversión a Cristo. En 1894 creó la Congregación del Buen Pastor de la Divina Providencia. Fueron conocidas como "Hermanas del Buen Pastor" o 'Pastorcitas', dedicadas a la rehabilitación espiritual y social de las mujeres de la calle, y de las personas con enfermedades venéreas. En vida recibió numerosos reconocimientos del Gobierno y Organismos Internacionales.



En el santoral del 24 de marzo también recordamos a:
Santos Timolao, Dionisio, Páusides, Rómulo y Alejandro de Cesarea de Palestina, mártires (f. 303).
San Secúndulo de Mauritania.
San Maccartemio de Clogher, obispo (f. s. V).
San Severo de Catania, obispo (f. 814).
Santa Berta Alberti, abadesa de Cavriglia (1106-1197).



Preparando estos relatos, a pocas horas antes de publicarlos, no pude investigar un poco más sobre porque Agapito excomulgó al Patriarca Antimo, y otros datos que podrían ser de interés para comprender todo en mejor contexto. Si conoces más detalles de esa historia, compartelos en los comentarios por favor.

Ayer disfruté mucho viendo en familia el documental completo de Monseñor Romero, que se los recomiendo. Eso me hizo darme cuenta de lo poquísimo que sabía de él.

De los demás Santos y Beatos, no sabía nada, y es para combatir esa ignorancia a mis 63 años, que me motiva a continuar estas publicaciones, aunque sean de último momento.