El 10 de marzo recordamos a los Santos Juan de Mata, Oria, Maria Eugenia de Jesus, Macario, al Beato Elias del Socorro Nieves, entre otros.

Hoy les presento a:

  • un santo que tuvo una visión en su primera misa, y después el Papa tuvo la misma visión!
  • una monja que prefería tanto la vida de claustro, que pidió y se le concedió ser emparedada
  • la joven que por su visión en misa fue designada fundadora de Las Religiosas de la Asunción
  • al sacerdote que combatió herejías y participó en el descubrimiento de la santa cruz
  • al beato mexicano que durante la persecución de los cristeros daba misa en una cueva

Comencemos...

 

San Juan de Mata. Nació como en el 1160. Doctorado y Profesor en teología. Se ordenó sacerdote y en su primera misa en 1193 le pidió a Dios que lo guíe para saber a cuál congregación ingresar. Se le apareció Jesus con una cruz roja y azul, con un prisionero a cada lado, intercambiando sus cadenas, con lo que supo que su misión era liberar a los cautivos, por lo que junto al ermitaño Felix, fundaron la Orden de la Santísima Trinidad en 1194. Dicha fundación fue aprobada después de que el Papa tuviera la misma visión durante una eucaristía. El hábito de la orden es como en la visión, blanco con una cruz roja y azul en el pecho. Pidiendo limosnas y contribuciones, lograban comprar en África la libertad de más de 300 cautivos cada año. Atacado por piratas en uno de sus viajes, el barco quedó a la deriva sin capitán ni timón; y orando en la proa, llegó 3 días después al puerto de su destino sin novedad. Murió en 1213.

 

Santa Oria, virgen. Prefería la vida monástica. Pasó su vida en oración. Pidió su encierro y se le concedió la soledad total como una de las emparedadas. Los días y noches se las pasaba rezando, leyendo las sagradas escrituras y vidas de santos; aconsejaba a los que acudían a ella; hacia las hostias para la misa; cosía para la iglesia; rezaba los salmos. Debido a sus tentaciones, fue rociada con agua bendita, se confesó y le dieron la comunión. Cayó enferma y la Virgen le anunció su muerte.

 

Santa Maria Eugenia de Jesús. Nació en 1817. De familia atea. A sus 19 años, durante la misa, ve a Cristo como liberador universal; y a su reino en la tierra como una sociedad fraterna y justa. Al ponerse a estudiar la biblia y escritos católicos, un sacerdote asuncionista la designa a sus 22 años como fundadora de una congregación dedicada a la educación: Las Religiosas de la Asunción. En 1841 abrieron el primer colegio. Murió el 10 de marzo de 1898.

 

San Macario de Jerusalén. Combatiente de las herejías. Participó en el concilio de Nicea. Respaldo la construcción de las basílicas de Roma y tierra santa. Se lo relaciona en el descubrimiento e identificación de la santa cruz.

 

Beato Elias del Socorro Nieves. De adulto en 1904 ingreso al seminario agustiniano. Ordenado sacerdote en 1916. En 1921 es nombrado vicario parroquial en Culiacan. A fines de 1926 que se inició la persecución de los cristeros en México, el Padre Elias se estableció en una cueva, para continuar asistiendo a sus fieles religiosos. Durante 14 meses mantiene la clandestinidad forzada, hasta que fue arrestado, y el 10 de marzo de 1928 fue fusilado.

 

En el santoral del 10 de marzo también recordamos a:
Santos Cayo y Alejandro de Apemea, mártires (f. c. 171)
San Víctor de África, mártir
San Simplicio, papa (f. 483)6​ celebrado el 2 de marzo
San Droctoveo de París, abad (f. c. 580)
San Attalo de Bobbio, abad (f. 626)
San Juan Ogilvie, presbítero y mártir (f. 1615)7​

 

Estos relatos de la vida real, parecen cuentos tan extraordinarios como increíbles, pero que reposan en la historia como recuerdos de que hay una realidad más allá de lo normal.

La dedicación ejemplar a sus propósitos de vida, harían pensar hasta el más incrédulo; siempre y cuando ellos se interesaran en saber de estas historias.